Ir a terapia es como entrar a un espacio donde puedes ser tú mismx, sin juicios. No necesitas prepararte ni decir lo “correcto.” Es un lugar para hablar de lo que sientes, de lo que te preocupa, y mi trabajo es escucharte y guiarte. Simplemente, trae tus ganas de explorar y entenderte mejor.

La psicología no es cuestión de creer o no creer; no es un acto de fe. Es una ciencia que se basa en la evidencia y en métodos que han demostrado ser efectivos. Así que no necesitas “creer” en ella, solo estar dispuestx a explorar y ver los resultados.

El enfoque integrador significa que no sigo un solo “manual” de terapia. Utilizo herramientas de diferentes enfoques, como la Terapia Cognitivo-Conductual, el enfoque humanista o sistémico, siempre adaptándolas a lo que mejor funcione para ti. La idea es que podamos crear un proceso que se ajuste a lo que necesitas en cada momento. Y, por supuesto, todo esto siempre desde la evidencia y el rigor, porque lo importante es que lo que hagamos esté respaldado por la ciencia y que realmente te sirva.

¡Para nada! La consulta es un espacio seguro, diseñado para que te sientas cómodx y puedas abrirte. Aquí no hay juicio, solo comprensión y empatía. Mi trabajo es acompañarte en tu camino, no criticarte.

No, no tienes que estar en el extremo para buscar ayuda. De hecho, la terapia es más efectiva cuanto antes se empiece. No esperes a estar al límite; pedir ayuda es un acto de valentía y cuidado hacia ti.

Sí, hay tareas, pero no son para agobiarte. Son pequeñas acciones que te ayudarán a avanzar y crecer. Piensa en ellas como los ingredientes de un buen guiso que se cuece a fuego lento; cada paso es importante para que el proceso tenga un sabor completo.

La terapia es un proceso, no una carrera de velocidad. Esto no es como meter un plato precocinado al micro y esperar que esté listo. Es como cocinar un guiso de la abuela; lleva su tiempo y dedicación. No es un compromiso eterno, pero sí requiere paciencia y constancia para ver los frutos.

No te preocupes, es completamente normal no saber por dónde empezar. Mi trabajo es guiar la conversación, hacer preguntas que te ayuden a explorar y poco a poco encontraremos el hilo de dónde tirar. Aquí no hay respuestas correctas o incorrectas.

Cada persona es diferente, y los cambios pueden variar. A veces son sutiles al principio, como una pequeña claridad en la forma de pensar, y otras veces son más evidentes. Lo importante es mantener un compromiso con el proceso, ya que el trabajo a menudo se cuece a fuego lento para que los cambios sean duraderos.

No necesariamente. Aunque entender tu historia es importante, también trabajamos en el presente y en cómo puedes mejorar tu vida ahora. La terapia se centra tanto en comprender como en encontrar soluciones prácticas para el día a día.

Habrá sesiones donde te sientas más estancadx, y otras donde todo fluya. El proceso no es lineal, y a veces la sensación de no avanzar es parte del propio avance. Si te sientes así, hablémoslo; es parte del trabajo ajustar y encontrar el camino correcto juntxs.