Estrés, Empujando la Roca Una y Otra Vez
¿Conoces el mito de Sísifo? Te lo cuento en un minuto.
Era un rey muy astuto (y un poco tramposo), que, según la mitología griega, engañó a los dioses una y otra vez. Pero los dioses no se lo tomaron muy bien, y como castigo, lo condenaron a una tarea imposible: empujar una roca enorme colina arriba. Lo peor de todo es que, justo cuando estaba a punto de llegar a la cima, la roca rodaba colina abajo, y tenía que empezar de nuevo. Día tras día, sin descanso.
¿Te suena familiar? El estrés en nuestra vida diaria funciona de la misma manera. Lidiamos con tareas interminables que, cuando creemos haber terminado, simplemente regresan en forma de nuevos pendientes: el correo que nunca para de llegar, la lista de tareas que crece sin fin, las reuniones, los niños, la casa… La roca siempre vuelve a rodar hacia abajo.
El estrés en la vida cotidiana puede sentirse así. No es una sola cosa grande que te aplasta de repente, sino una serie de pequeñas (y no tan pequeñas) responsabilidades que se van acumulando hasta que terminas agotadx.
El problema es que, mientras más tiempo pasas empujando esa roca, menos energía te queda para cuidarte a ti mismx. Y eso, a largo plazo, no es sostenible.
¿Te está afectando el estrés?
- Te levantas ya cansadx, como si no hubieras recargado baterías en toda la noche.
- Cada día parece una maratón interminable, y no importa cuántas tareas taches, siempre hay algo más que hacer.
- Los dolores en tu espalda y cuello se han convertido en compañeros de rutina, pero no puedes parar.
- El trabajo, la casa, los niños… todo parece sumarse a esa roca que sigues empujando colina arriba.
- Aunque lleguen momentos de calma, son tan fugaces que apenas los notas.
- Intentas desconectar, pero tu mente sigue trabajando en segundo plano, como si no hubiera botón de “off”.
- Las pequeñas cosas que antes no te preocupaban ahora parecen gigantes que te aplastan poco a poco.
- Cada día es como empujar la misma roca, pero ahora se siente más grande y pesada que nunca.
Soy María, Psicóloga (Col. AN12698), y en estos años he visto cómo el estrés se convierte en un compañero silencioso que va tomando espacio en nuestras vidas sin darnos cuenta. Esa sensación de que la lista de cosas por hacer nunca se acaba, y cuanto más rápido avanzas, más parece que se acumulan. El estrés no es solo cansancio, es ese agobio constante que te acompaña incluso cuando intentas descansar.
El ritmo frenético al que vivimos está empujando a muchas personas al límite, desconectándonos de lo que realmente importa hasta que el cuerpo nos frena en seco. No hace falta llegar a ese punto. He trabajado con muchas personas que sentían que estaban al borde, y hemos encontrado formas de hacer una pausa antes de que sea demasiado tarde.
Reconocer esas señales, que a veces pasamos por alto, es clave para cambiar el rumbo. Aquí encontrarás un espacio seguro donde aprender a soltar esa presión constante, reenfocar tus prioridades y aliviar esa carga que llevas a cuestas. Porque cuando te permites frenar, es cuando puedes empezar a respirar de nuevo y sentirte bien.
En mi vida, también he aprendido que la mejor forma de gestionar el estrés no es intentar controlarlo todo, sino aprender a reconocer qué es realmente importante y cómo escucharnos antes de que el cuerpo nos diga “basta”.
Me he sentido sobrecargada, con esa sensación de que no importa cuánto te esfuerces, nunca es suficiente. Pero también he aprendido que no todo se trata de hacer, hacer, hacer. A veces, lo más importante que podemos hacer por nosotros mismos es dar un paso atrás, respirar y reconectar.
El estrés no desaparece solo con descansar o dormir más horas. Debemos entender qué lo está alimentando y cómo afecta a tu día a día.
Soy Psicóloga graduada con mención en Psicología de la Salud y Evaluación e Intervención Clínica. Curso Máster en Psicología General Sanitaria . Me he formado en metodologia integradora y realizado diferentes formaciones en trauma y apego.
Pero no todo es teoría. Mi enfoque es inegrador, lo que me permite adaptarme a lo que tú necesitas. En cada sesión, trabajamos con la mirada sistémica para entender cómo tus relaciones influyen en tu bienestar, con el enfoque humanista, priorizando siempre tu experiencia y emociones, y con las herramientas prácticas de la terapia cognitivo conductual para que puedas gestionar mejor tus pensamientos y emociones.
La terapia no es una solución rápida, es un camino que vamos construyendo.
¿Qué hacemos en terapia?
No podemos eliminar esa roca por completo, pero podemos aprender a hacer que pese menos. En terapia, juntxs trabajaremos para que el estrés no te siga aplastando y encuentres formas de gestionar mejor tus responsabilidades.
- Identificaremos qué está añadiendo peso a esa roca. A veces son cosas tan pequeñas que pasan desapercibidas.
- Desarrollaremos estrategias para que las responsabilidades de tu día a día no te parezcan una carga imposible de manejar.
- Recuperar tu energía, encontrar momentos de calma y sentir que tienes el control de tu vida, sin que la roca te arrastre hacia abajo.
A lo largo del proceso aprenderás a reconocer los momentos en los que el estrés comienza a desbordarse y tomar medidas antes de que te supere. Se trata de romper el ciclo y vivir de manera más relajada, encontrando momento de descanso en tu día donde puedas soltar la roca por un rato sin que todo se desmorone.
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